Los entrenadores de cualquier disciplina son educadores para los niños y adolescentes. Son una pieza muy importante en el desarrollo personal y deportivo de una persona, pueden influir mucho sobre sus jugadores para bien o para mal. La misión de un entrenador no se limita exclusivamente a dar unas instrucciones y enseñar un deporte. Quien piense así está muy equivocado. Un entrenador muchas veces tiene que controlar sus emociones y trabajar con sus jugadores dos pilares fundamentales de la educación emocional que son la actitud y la motivación. Yo como maestro trabajo esos mismos aspectos  en la escuela.
Hablar de deporte sería un tema muy extenso, yo me voy a centrar en el fútbol (uno de los deportes más practicados entre los escolares).  Os voy hablar desde mi punto de vista como exjugador.  No estuve en categorías altas del fútbol español pero he coincidido con gente que había jugado en Primera y Segunda División; me enseñaron alguna cosa.
Lo primero que hago cada mañana como maestro es decir buenos días a todos mis alumnos del primero al último. Les espero en la puerta con una sonrisa y les doy la mano o se la chocó. Si les veo que entran serios, les digo “smile” haciendo gracia para que entren riéndose. A veces les digo buenos días en otro idioma… la cuestión es sorprenderlos y que entren con una actitud positiva. Este hecho tan simple, es muy importante hacerlo, en casa los padres también lo pueden hacer. Por otro lado, trabajar en las mesas de forma cooperativa en grupos de tres o cuatro personas en donde a final de curso todos se han ido moviendo y trabajando con todos hace que haya una unión. Estudió la forma de agruparlos buscando un equilibrio y resuelvo conflictos que tienen mediando entre ellos.  Me gusta que la clase sienta que somos un gran equipo. Todos deben de  ayudar, colaborar para que aprendan unos de otros…les enseño que uno compite contra uno mismo, nunca contra los demás. Que la persona que tienen al lado nunca sabes cuándo vas a necesitar de su ayuda. Les digo que deben de tener una  actitud positiva, empatía y una dosis de paciencia frente a sus compañeros.  
Para que todo lo anterior suceda el primero que debe de estar motivado es el maestro o maestra. Dejar los problemas personales nada más entras por la puerta del  colegio, para ofrecer la mejor versión de uno mismo cada día.  Yo intento transmitir a mis alumnos el valor del  esfuerzo, poniéndome de ejemplo. Ellos ven como me esfuerzo para prepararles actividades divertidas y lúdicas para que ellos aprendan. Les hago ver que  todo lo que hagan y consigan en sus estudios será beneficioso para su futuro.Un buen entrenador o entrenadora de fútbol se convierte para un niño/a o adolescente en una referencia, al igual que un buen maestro. El ideal de persona que quieren ser ellos de mayores.
A los 6 añitos empecé a jugar a fútbol y tengo un gran recuerdo de mi primer entrenador, lo considero una gran persona. Lo primero que me enseñó es a tener respeto a mis compañeros, rivales y árbitros. En mi mente perduran entrenamientos grupales divertidos con la pelota. Cuando entraba al campo de fútbol me convertía en una personita feliz con ganas de corretear por el campo detrás del  balón.  LXLMS

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Conforme fui creciendo tuve todo tipo de entrenadores. Yo he aprendido de aquellos que supieron sacar el 100% de sus jugadores y lo aplico a mis alumnos. Todos los que lo hicieron triunfaron. El nexo en común para que les saliera bien las cosas fue crear un grupo y el saber motivar a sus jugadores; todos formábamos un equipo. Un buen entrenador reconoce las habilidades de un jugador y les saca el mejor partido posible; cuida a sus jugadores; habla con cada uno de ellos y les dice el papel importante  que tienen en el equipo. Resuelve los conflictos que van surgiendo en la convivencia diaria en los entrenamientos entre los jugadores controlando las emociones de cada uno y forja la personalidad del jugador dentro del campo. Los puede motivar a través de las palabras, imágenes o vídeos como hago yo en el colegio.
La adolescencia es una edad muy crítica para un jugador el número de horas y días en los entrenamientos aumenta. Muchos de tus compañeros tendrás que asumir que se lo dejan porque tienen otros intereses. Debes de compaginar muy bien los estudios y el deporte. Se requiere de mucho esfuerzo, disciplina, constancia y una buena organización del tiempo para llevar todo adelante. Les puedo decir que yo tropecé en los estudios por no organizarme bien mi tiempo.  Me confié y descuidé un poco los estudios, creí que iba a vivir del fútbol; en parte fue así, gracias al fútbol pude estudiar una carrera universitaria. Pero a los  20 años más o menos tuve una lesión grave en un tobillo que me hizo ver que había que buscar otra forma de ganarse la vida. Algún alumno  me ha dicho que quiere dedicarse a este deporte y no necesita estudiar tan solo lo justo, les comento mi experiencia y que la vida de un deportista de élite tiene fecha de caducidad.  
Me alegro que los alumnos practiquen algún deporte, no solo aportan beneficios  físicos y mentales. Ya que es una forma de desconectar después de una jornada escolar, un espacio para uno mismo donde una persona aprende a relacionarse con otras. Una forma diferente de entender valores tan importantes como el compañerismo y respeto. De todos los años que he realizado deporte, lo más bonito de todo ha sido la cantidad de amigos y amigas que realizas.
Solo se puede aprender aquello que se ama. Francisco Mora, doctor en Neurociencia por la universidad de Oxford.