Según los expertos: «9 de cada 10 jóvenes españoles consideran la educación medioambiental un factor clave en la era post-Covid»

Son muchas las personas que han comenzado a plantearse en este momento la importancia de la educación medioambiental en las aulas. La gente joven se ha sensibilizado mucho más después de haberse visto confinados en casa durante este periodo de tiempo y los cambios beneficiosos que se han podido apreciar en cuanto a la contaminación.  Planteándose la relevancia de abordar y poner soluciones  a este tema. Se nota que la opinión de muchos ha cambiado y se valora mucho más el cuidado a su entorno más próximo.

Los beneficios a nivel personal que aporta realizar actividades en espacios naturales son múltiples.  Tanto para el cuerpo como para la mente. Los ambientes naturales aportan sensación de libertad, desconexión de las rutinas, concentración, control de la respiración, alegría y placer por conectar con la naturaleza…

Uno de los pilares básicos de la educación medioambiental es la conciencia y sensibilidad ante el ambiente y los desafíos ambientales. Esta crisis ha ayudado a concienciar más a las personas de forma general, tanto a jóvenes como adultos. Eso un gran avance para un cambio social por la lucha de un planeta limpio. Una lucha contra los que algunos mandatarios no creen por primar los intereses económicos. Pero las evidencias de lo ocurrido son tan beneficiosas que no les pueden dar la espalda.  Por ejemplo, han aparecido especies que hacía años que no se veían porque han vuelto a su hábitat natural y han recuperado su espacio que el ser humano había ocupado, los espacios naturales están más limpios, respirar aire limpio en las ciudades… El salir de nuevo e ir al mar o a la montaña, apreciar esa libertad y ver todo tan limpio ha hecho posible reflexionar sobre la importancia del medio en que vivimos.

«La educación medioambiental  se debe de iniciar desde casa y enseñar a los pequeños a respetar su entorno.»

Uno de los principales retos que debemos de superar, y desde mi punto de vista aún nos falta es la actitud y responsabilidad personal  frente al medio ambiente sobre todo la eliminación de todo tipo de residuos en espacios naturales. No debemos solamente pensar en espacios naturales protegidos y reservas que no deberían de existir ningún tipo de residuo, y los hay por desgracia. Hay que ir un poco más y pensar  también en espacios como jardines y parques de nuestros pueblos y ciudades.

Las maestras y los maestros  enseñamos el respeto por el medio ambiente a través de proyectos de ciencias naturales para que tengan una buena actitud y valoren la importancia de esos espacios naturales con las que coexistimos. Muchas de las salidas son a estos espacios en los que ven insitu los contenidos trabajados en clase.  Si no se puede ir por las diferentes circunstancias al menos enseñarle el valor ecológico  tan importante  que tiene de forma visual y amena. La educación medioambiental  se debe de iniciar desde casa y enseñar a los pequeños a respetar su entorno. Si ellos ven en casa que se disfrutan y respetan esos espacios, ellos copiarán la actitud de sus padres.  Cuando son adolescentes los profesores y profesoras siguen recordando el cuidado y protección del entorno. En esta etapa se dejan llevar un poco por las influencias de otras personas y las amistades pero si la cimentación de su educación ha sido sólida no se olvidan de su importancia.

«Esta pandemia nos tiene que servir para reflexionar y concienciarnos sobre la situación del Planeta.»

Llevo muchos años de maestro enseñando y despertando el interés de los alumnos y alumnas   a través de vídeos y fotografías propias, charlas sobre el cuidado del mar y espacios naturales, recogidas de plásticos… para conseguir el objetivo de educar y crear una base sólida para el disfrute y cuidado de los entornos naturales. Sé que todos los niños y niñas en algún momento recordarán esas lecciones. No hay mayor forma de difundir que con la palabra y el amor que uno transmite cuando disfruta de lo que está haciendo. Todo esto no sería posible si no le dedicamos un poco de tiempo a enseñar en las escuelas la educación medioambiental.

A modo de reflexión, pienso que se debe aprovechar este momento que la juventud está más concienciada, para aunar voces y hacerles llegar a entender que ellos son los guardianes del planeta. Cuando lleguen a edad adulta hagan lo posible por vivir en un lugar mejor de lo que está ahora porque han conocido los beneficios de cuidarla, y transmitan el mismo mensaje o experiencias  que a ellos les tocado vivir. Simplemente somos unos visitantes de la madre Tierra (ella ya estaba hace millones de años). Deberíamos ser más agradecidos de todo lo bello que nos ofrece cada día a los ojos de tan ingratos huéspedes que somos la especie humana.